Ayer domingo se celebró la tradicional romería del 1 de mayo a la ermita de San Cristóbal, para conmemorar la fiesta de la Santa Cruz.
El día amaneció soleado pero el viento deslució la romería e hizo que la presencia de peregrinos fuera menor que en años anteriores. A medida que se ascendía por el tortuoso camino de las ermitas el viento era más fuerte a la vez que fresco.
Muchos de los romeros subieron a pie con ayuda de las cañas proporcionadas por el Ayuntamiento. En la ermita de San Antonio es necesaria, por no decir obligada, una parada para contemplar el hermoso paisaje a la vez que para retomar fuerzas para el resto del camino.
Una vez en la ermita grande, la de San Cristóbal, los romeros recogieron el vino y el chocolate y pudieron participar de la misa campera celebrada. Tras la finalización de la misa fueron muchos los que optaron por trasladar su lugar de almuerzo a un sitio más resguardado del viento y bajaron al pueblo para almorzar. Los más valientes aguantaron el viento y realizaron un rápido almuerzo para despúes acudir a la procesión de la Santa Cruz.
Un día de romería tradicional en el que cada vez son más las personas de fuera de nuestra localidad y comarca las que vienen a celebrarlo con nosotros. Y aunque este año el tiempo no acompañó todos pudimos disfrutar de un bonito día de montaña y hermandad.